En Sabaneta abundan las dudas sobre licencias, planes parciales y obligaciones urbanísticas. Esto explica, en lenguaje claro, cómo funcionan estos instrumentos, qué puede (y qué no) hacer la administración actual frente a aprobaciones de años anteriores, y cuáles son las acciones en curso para proteger el espacio público.
¿Por qué vemos tantas obras si “no se están dando licencias nuevas”?
Según la administración, Sabaneta heredó planes parciales e instrumentos urbanísticos aprobados hace años —con más de 10.000 viviendas ya habilitadas por normas previas. Un proyecto con licencia vigente no puede detenerse por voluntad política; se controla que cumpla lo aprobado.
Licencias, POT/PBOT y doble realidad: “nuevas” vs. “vigentes”
Una licencia es un acto administrativo: si un expediente cumple el POT/PBOT y las normas aplicables, se expide; si no cumple, no.
La administración afirma ser de las que menos licencias ha otorgado en comparación con periodos previos; sin embargo, conviven licencias nuevas (pocas) con licencias vigentes de años anteriores que siguen su curso. Esa es la principal fuente de confusión pública.
Planes parciales: reglas de largo aliento
Un plan parcial define usos, densidades, espacio público y cargas/obligaciones del desarrollador.
Hay planes con vigencia de hasta 16 años (por ejemplo, aprobados alrededor de 2013), aún en ejecución en sectores como San José, Las Lomitas y María Auxiliadora. Mientras su vigencia siga y las cargas se cumplan, el desarrollo continúa.
Obligaciones urbanísticas: qué debe entregar el constructor
- Qué son: obras y cesiones para la ciudad (vías, andenes, parques, redes, señalización).
- Quién paga: el desarrollador, como condición del proyecto.
- Cuándo recibe el municipio: solo cuando no hay pendientes técnicos (estructuras, drenajes, carpeta asfáltica, accesibilidad) y existe Plan de Manejo de Tránsito (PMT) viable.
Mensaje claro: la vía/espacio público no es un favor; es una obligación que se recibe si cumple especificaciones.
Controles actuales y compras de espacio público
La administración reporta:
- Cero nuevos planes parciales y cero licencias ambientales aprobadas en este periodo.
- Más de 70 inmuebles adquiridos para ampliar espacio público efectivo, con inversión superior a $60.000 millones (andenes, conectores peatonales, accesos).
- Mesas técnicas con constructores para verificar pendientes y exigir correcciones antes del recibo.
- En vereda San José, no se han otorgado nuevas licencias mientras existan obligaciones incumplidas del pasado.
La regla operativa: “No se reciben obras ‘en cinturón’. Se reciben bien, con checklists técnicos y PMT funcionando”.
Transparencia y vigilancia ciudadana: cómo enterarse
- Publicación de expedientes (resoluciones, planos, prórrogas, actas de recibo).
- Cronogramas de cargas por plan parcial y reportes de avance.
- Canales para reportar puntos críticos de movilidad o seguridad peatonal.
- Informes de pendientes cuando la entrega no procede por razones técnicas.
Preguntas
¿Puede la Alcaldía “reversar” una licencia válida?
No por voluntad. Solo con causales jurídicas. Lo correcto es exigir cumplimiento estricto.
¿Por qué se construye en zonas con inconformidad vecinal?
Porque hay instrumentos vigentes. Detener sin causa haría incurrir al municipio en riesgos legales y patrimoniales.
¿Qué pasa si el constructor no cumple las cargas?
No hay recibo ni apertura formal; se oficia, se imponen plazos, y pueden proceder medidas sancionatorias.
¿En qué ayuda comprar predios para espacio público?
Aumenta metros peatonales, mejora accesos y complementa las cargas del plan parcial donde el diseño original no cerraba la conectividad.
Sabaneta vive la superposición de licencias vigentes de años anteriores con una administración que prioriza control técnico, PMT funcional y espacio público. El resultado buscado: recibir solo lo que cumple, exigir al desarrollador lo que debe, y ganar ciudad para peatones y familias.
